Publicado el 15/06/2021 Categoría: Actualidad

Una oportunidad para el sector exterior no desaprovechable



 

 

La demanda externa no sólo genera aportaciones directas al crecimiento económico, también las origina indirectamente

 

 

 

La crisis financiera, iniciada en 2008, supuso un impulso significativo para la internacionalización de la economía española que permitió compensar la caída de la demanda interna. Entre 2010-2019, las exportaciones crecieron a un ritmo medio sostenido del 6%, lo que ha supuesto que su relación con el PIB se coloque en el 34% (partiendo del 23% en 2009), que la suma de exportaciones e importaciones de bienes y servicios respecto al PIB se situase en 2019 en el 67% (9 puntos más que el máximo previo a la crisis en 2007) y que desde 2012 la Balanza por Cuenta Corriente de la economía española pasase a ser superavitaria (2% del PIB en 2019).

 

Así, la internacionalización ha repercutido en beneficio de la marca de las compañías y tiene un impacto positivo en la calidad del empleo que genera (4,6 millones de empleos, la mayor parte cualificados) y en la rentabilidad, innovación y productividad de las empresas. El sector exterior, por tanto, es, y tiene que seguir siendo, un pilar para la sostenibilidad de nuestra economía.

 

La actual pandemia del Covid-19 ha frenado la dinámica positiva expuesta. Así, se observa que el volumen del comercio exterior de 2020 ha bajado un 21%, cayendo a niveles de 2017. También se divisa una pérdida de cuota de mercado en el comercio mundial de productos, frente a la media de la UE derivada de una pérdida de competitividad internacional de nuestras empresas.

 

Sin embargo, la pandemia ha supuesto también que la UE haya aprobado una respuesta fiscal sin precedentes a la crisis. Entre las medidas a ejecutar destaca como núcleo central e innovador el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, dentro del Programa Next Generation EU (Fondo de Recuperación), que asigna a España 69.528 millones de euros en transferencias directas no reembolsables, y 71.600 en concepto de préstamos.

 

Los primeros 69.528 millones deberán estar comprometidos antes de 2024 y ejecutados antes de 2026; los restantes 71.600 millones deberán estarlo antes de que termine 2026. El desembolso de estos fondos, sin embargo, está condicionado a la aprobación de la Comisión y del Consejo europeo del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia “España puede”, que ha sido enviado por el Gobierno de España a finales de abril y que, bajo cuatro ejes, plantea 10 políticas palanca descompuestas en 30 componentes (líneas de acción) para la transformación y resiliencia de la economía española.

 

Los fondos expuestos suponen una gran oportunidad para España, pero también un importante desafío: la capacidad de gestionar y controlar una gran cantidad de dinero en poco tiempo, así como de llevar a cabo reformas y ejecutar proyectos alineados con las prioridades europeas, y no tanto con las actuales capacidades y singularidades de la exportación española (por ejemplo, las Pymes suponen el 98,4% de los exportadores, y la tasa de exportaciones de alta tecnología está entre las más bajas de la UE). Existe el riesgo, ya existen precedentes, de no ser capaces de aprovechar todos los fondos europeos que tenemos asignados por la carestía de proyectos de calidad, desconocimiento empresarial y burocracia. Otro riesgo latente es el de que estos fondos no calen definitivamente en la Pyme española.

 

En cualquier caso, estos fondos deberían permitir a España cubrir sus necesidades urgentes y llevar a cabo un ambicioso programa de reformas e inversiones que reduzca el impacto de la recesión y aumente el crecimiento potencial. Entre las reformas e inversiones que deberían contemplarse, con cargo a estos fondos europeos, se encontrarían aquéllas relacionadas con el sector exterior, que no deberían desaprovecharse. A pesar de ello, se observa que el Plan “España puede” no contempla con la debida relevancia el tema de la internacionalización entre sus políticas palanca, principales reformas, programas tractores de inversión y componentes.

 

Más informaicón: https://www.eleconomista.es/opinion-blogs/amp/11262039/Una-oportunidad-para-el-sector-exterior-no-desaprovechable

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