Publicado el 22/04/2021 Categoría: Actualidad, Laboral

2020, el ‘fin brusco’ de cinco años de buen comportamento del mercado de trabajo en Cantabria



 

 

 

El informe del mercado de trabajo en Cantabria elaborado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha adelantado los datos correspondientes a 2020, año que, marcado por el inicio de la pandemia de coronavirus, va a significar «un antes y un después» y que ha supuesto el «fin brusco» de una tendencia de cinco años consecutivos de buen comportamiento del mercado de trabajo en la comunidad autónoma

 

Según el SEPE, «después de la vida», ha sido el mercado laboral el que más virulentamente se ha visto perjudicado por la pandemia, cuya incidencia ha sido «heterogénea y de muy diversa intensidad», y aunque en la mayoría de los casos ha sido negativa, también ha habido casos de mantenimiento e incluso positivos.

 

En 2020 en Cantabria se ha producido un incremento del paro un 16,0%, muy lejos de la bajada de dos dígitos de los últimos años. La contratación ha sido el indicador más afectado con un descenso del -28,78%; y algo más equilibrado, debido en buena medida a las regulaciones temporales de empleo, el comportamiento interanual de la afiliación, que pierde un -1,53%.

 

Los datos demográficos, aunque todavía no recogen el efecto de la pandemia, recogen una ligera recuperación por segundo año consecutivo, de 1.827 personas más.

 

Cantabria cerró 2020 con un descenso importante de la población activa hasta las 269.100 personas, de las cuales 237.300 estaban ocupadas y las 31.700 restantes paradas, lo que se traduce en unas tasas de actividad del 54,12%, de empleo del 47,74% y una tasa de paro del 11,79%.

 

Los grandes números de la economía española y cántabra en 2020 son «muy negativos», aunque con los correspondientes matices sectoriales y geográficos. En el caso de Cantabria, en el Producto Interior Bruto, se estima un descenso del -10,2%, ligeramente mejor al previsto para el conjunto de España (-12%). Finalizando el primer trimestre de 2021, las previsiones para este año son muy inciertas; «en cualquier caso y por muy favorables que fueran difícilmente podrán compensar lo perdido este año», según el SEPE.

 

Los indicadores de consumo interno se desplomaron, sobre todo en actividades relacionadas con el turismo, hostelería y comercio, así como las importaciones. En general, son datos negativos apenas compensados por la actividad extra de determinados sectores potenciados precisamente para paliar los efectos de la pandemia. El censo empresarial vuelve a contraerse, en este caso un -5,87%.

 

Respecto a la afiliación de trabajadores, en el último año se hanperdi do más de tres mil trescientos afiliados. El régimen general de la Seguridad Social por cuenta ajena absorbe la práctica totalidad del recorte de 2020, pareparecido al año anterior.

 

La contratación ha sido el hecho laboral más perjudicado por la pandemia, con casi trece mil contratos menos que el año pasado. En el primer trimestre de 2021 todavía está lejos de haber normalizado la situación y la contratación indefinida ha vuelto a caer de manera importante (-16,85%).

 

El perfil estándar de la persona contratada vuelve a ser un varón con una edad que transita entre los 25-40 años, ha realizado estudios de secundaria obligatoria y es contratado principalmente en actividades de los llamados servicios de mercado (aunque han sido los más afectados por la pandemia).

 

Casi tres de cada cuatro contratos van al sector servicios, pero con una presencia todavía muy importante de la industria.

 

En 2020, salvo los dos primeros meses, todos los demás han registrado menos contratos que el año anterior, especialmente de marzo a junio, y todos los grandes colectivos se han visto perjudicados por la reducción de la contratación, pero las mujeres y los jóvenes encabezan la clasificación.

 

Tomando como referencia todas las personas distintas que pasan por los servicios de empleo y el promedio de los que permanecen a lo largo del año, resulta que el 59% continuaban en paro al finalizar 2020.

 

En los datos de paro registrado también se acusa la elevada estacionalidad estival de la economía cántabra, descendiendo durante estos meses de manera considerable e incrementándose sistemáticamente en los extremos del año, aunque en 2020 se ha visto trastocada esta dinámica.

 

A finales de año había 24.642 personas beneficiarias de alguna prestación por desempleo, dato que se ha ido estabilizando a lo largo del año. Más de la mitad de los casos son mayores de 45 años. La tasa de cobertura por desempleo cerraba el año en el 57,8% de los parados, 5,5 puntos porcentuales menos que en el promedio nacional.

 

Según el SEPE, la dualidad entre cualificado y poco cualificado es e el gran dilema que tiene planteado el mercado de trabajo y que está muy ligado a la dinámica estabilidad-temporalidad.

 

Más información : https://www.cantabriaeconomica.com/portada/2020-el-fin-brusco-de-cinco-anos-de-buen-comportamento-del-mercado-de-trabajo-en-cantabria/

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