El miércoles pasado la Comisión Europea propuso la creación del certificado digital verde, una suerte de registro de vacunación. La recuperación económica se juega a la vuelta de este sector crucial para España
La Semana Santa se da prácticamente por perdida en Europa desde el punto de vista de la movilidad. Si bien, hay algunas excepciones, como las de las islas de Baleares y Canarias, donde se prevé, test de coronavirus a los viajeros mediante, una mayor afluencia de turistas que en otras zonas. En lo que no hay hueco para la excepción es en el daño que ha sufrido el sector turístico por culpa del virus. A lo largo y ancho del globo, fue y todavía es la actividad más críticamente golpeada por la pandemia. La pesadilla aún no ha terminado. Los confinamientos se suceden en Francia e Italia y el Viejo Continente parece estar entrando de lleno en una nueva ola del virus cuando todavía se estaba lamiendo las heridas de la anterior.
Según los datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, el país galo tenía el jueves una incidencia acumulada de 468,94 casos notificados en las últimas dos semanas por cada 100.000 habitantes, mientras que en Italia se elevaba a 499,45. La República Checa era entonces la nación europea en una situación más complicada, con una incidencia de 1.518,33 casos. En un intento por salvar la campaña de verano y tratar de aumentar el vigor de la recuperación económica tras el hundimiento de 2020, Europa pone en marcha medidas para que la vuelta del turismo deje de ser un sueño y se convierta en una realidad.
El pasado miércoles la Comisión Europea propuso la creación del bautizado como certificado digital verde. La propia Comisión explicó que el certificado digital verde será una acreditación de que una persona ha sido vacunada contra el Covid-19, se ha recuperado del virus o se ha realizado una prueba cuyo resultado ha sido negativo.
Fuente. CINCO DÍAS
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