Busca elevar la formación bruta de capital del 2% al 6% del PIB en los próximos tres años. Presentará tres decenas de proyectos a la UE para obtener los fondos europeos
El Gobierno está dispuesto a servirse de las ayudas europeas para relanzar la malograda inversión pública en España como remedio para sacar al país de la crisis del coronavirus. Así figura en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española presentado este miércoles, en el que sostiene que “las necesidades de inversión pública en España en los próximos tres años se estiman en un 6% del PIB anual, para alinear el país a las ratios de los países más avanzados de la OCDE”, frente al entorno del 2% en el que se había instalado la formación bruta de capital, que marcó mínimos históricos por debajo de ese umbral en 2016.
“El Plan contempla una inversión pública de hasta 140.000 millones de euros en el periodo 2021-2026, capaces de movilizar importantes recursos privados y aumentar el crecimiento potencial de la economía española por encima del 2%”, señala el Ejecutivo, que calcula que con una tasa de apalancamiento privado de cuatro euros por cada euro público, las ayudas comunitarias podrían movilizar “hasta 500.000 millones de euros” durante el periodo gracias al uso de instrumentos financieros como fondos público-privados de inversión (“para I+D, startups, o digitalización”, ilustra).
De momento, en todo caso, el plan presentado por el Gobierno se centra en agotar primero los 72.000 millones de euros que prevé obtener en subvenciones, para crear 800.000 empleos y elevar el crecimiento del PIB en 2,5 puntos adicionales, ejecutando íntegramente esta partida entre 2021 y 2023 (el 70% en los dos primeros años). Para calibrar qué parte solicitará de los otros 70.000 millones en créditos que ofrece la UE esperará hasta el límite del plazo, a mediados de 2023.
Mientras tanto, destinará las transferencias comunitarias a iniciativas ligadas a “la reducción del desempleo estructural, el aumento de la inversión productiva, una mayor creación y crecimiento de las empresas, la aceleración de los procesos de reorganización empresarial y desarrollo de redes, la difusión tecnológica, el impulso de la formación del capital humano”, la mejora del modelo productivo y fiscal, o la reducción de barreras de entrada al mercado.
Fuente: CINCO DÍAS
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