Los embajadores de Costa Rica, Brasil, Argentina y EE.UU han participado en este encuentro digital de Casa de América
¿Cómo están viviendo la crisis de la COVID-19 los embajadores españoles en América? Sin lugar a dudas, los embajadores son observadores privilegiados de la situación desde sus distintos países.Casa de América ha emitido en directo una conversación con nuestros embajadores en Costa Rica, Brasil, Argentina y EE.UU.
Cristina Pérez, embajadora en Costa Rica:
“Costa Rica se está consolidando como referente internacional contra esta crisis, con la tasa de mortalidad más baja de toda la región”, ha comentado la embajadora. A diferencia de otros países, Costa Rica supo jugar de manera inteligente con el factor tiempo y con solo un caso positivo, reaccionó rápidamente tomando medidas.
Según Pérez, uno de los puntos fuertes del país es un sistema de protección social sólido y fuerte que lleva más de 70 años (desde que se abolió el Ejército) apostando por la educación. Esos fondos que se dedicaban al gasto militar se han dedicado a la investigación y la educación, claves ahora para el estudio de vacunas.
Además, la embajadora ha resaltado el papel de una población “madura y responsable” que ha cumplido con un confinamiento que no se había establecido como obligatorio. Aún así, la región sigue teniendo grandes retos: “seguimos bajo la amenaza de otras enfermedades importantes, como la malaria, que unida a efectos del cambio climático, como la sequía, dificultan el lavado de manos”. Y el que para la embajadora es el “gran reto”: el migratorio. El 10% de la población de Costa Rica está compuesta por migrantes y refugiados.
Como contrapunto, Cristina Pérez ha dicho que la pandemia ha obligado a nuestras embajadas a poner en marcha una diplomacia propositiva muy activa, articulando por ejemplo un sistema de videollamadas para compartir experiencias sobre el montaje de hospitales de campaña o el tratamiento a migrantes y refugiados infectados.
Fernando García Casas, embajador en Brasil:
El embajador ha hablado de la situación “profundamente difícil” que se está viviendo en el país. Desde el punto de vista sanitario, al servicio público de salud brasileño se está incorporando la red privada. Las ciudades abren y cierran en base a un sistema de cinco categorías de niveles de alarma: rojo, naranja, amarillo, verde y azul. De este modo, se trabaja en un aislamiento social que intenta compatibilizarse con la dura situación que viven los 41 millones de personas del sector informal de la economía o los 11 millones que viven en favelas. Es por ello que desde el punto de vista económico se ha implementado un paquete de ayudas de 200.000 millones de dólares.
García Casas dice ser consciente de que Brasil está siendo protagonista de muchos titulares de prensa en Europa por su gestión de esta crisis y su situación política. Pero hace hincapié en que se están siguiendo todos los cauces democráticos.
Además, ha apelado a la gran responsabilidad social de las empresas españolas en la región, que en colaboración con la Embajada están comprando mascarillas, respiradores y equipando hospitales de campaña. “Hacen falta políticas públicas, pero también es el momento de la solidaridad”, ha dicho.
Javier Sandomingo, embajador en Argentina:
Con apenas 100 contagiados y 3 fallecidos, Argentina decretó un confinamiento muy estricto. En opinión de Sandomingo, a la hora de contener la enfermedad, las medidas han funcionado relativamente bien, pero comienzan a tropezarse con una población cansada de estar en casa y con mucho miedo a las consecuencias económicas. Esta situación empieza a destruir lo que para Sandomingo estaba siendo uno de los activos de esta crisis: el gran consenso de gobierno y oposición a la hora de tomar medidas, que ahora comienza a resquebrajarse. “Las cosas se están complicando además en un momento en el que nos acercamos al pico de la pandemia”, ha comentado. Además, sobre el plan de subsidios que se puso en marcha relativamente rápido, considera que no está funcionando bien y es muy insuficiente.
Santiago Cabanas, embajador en Estados Unidos:
EE.UU. suma ya casi 2 millones de casos pero eso sí, en circunstancias muy desiguales dependiendo del Estado. Mientras en Nueva York se alcanzan ya los 400.000 infectados, en Montana o Alaska son apenas unos cientos. La desigualdad socioeconómica también está siendo notable; por ejemplo, Georgia se está viendo muy afectada, mientras que Estados como Utah apenas han sentido el parón.
Para Santiago Cabanas también da la impresión de que los efectos de la pandemia son distintos según las minorías raciales: “Está siendo especialmente dura con la minoría afroamericana y la minoría hispana. En parte porque son los que están en primera línea de resistencia al virus: hospitales, transporte, tiendas abiertas…”. Además, esta desigualdad también existe porque la pandemia se está gestionando de manera descentralizada: mientras el gobierno federal es quien incentiva por ejemplo las medidas de reactivación económica, son los Estados quienes gestionan las medidas de confinamiento y desconfinamiento.
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