El sector de la automoción anda enojado con el Gobierno, al que acusa de desoír sus peticiones de un plan de choque sectorial “urgente” pese a aportar el 10% del PIB. Hasta ayer lamentaban que el Ministerio de Industria no hubiera respondido a las peticiones que le hicieron llegar hace dos semanas, en las que pedían poder prolongar las regulaciones temporales de empleo hasta poder ganar capacidad de producción y ventas, así como un paquete de ayudas de 400 millones de euros para revitalizar unas matriculaciones hundidas por el coronavirus. Pero el lunes la situación explotó de forma definitiva cuando la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció unas ayudas a la compra de vehículos solo eléctricos que no fueron consensuadas.
“Este tipo de medidas -el de las ayudas a los coches eléctricos- forma parte del plan de choque diseñado por las asociaciones, propuestas que van mucho más allá de estos anuncios, pues se integran en un esquema de actuaciones completo”, se queja el presidente de la patronal de fabricantes Anfac, José Vicente de los Mozos, que advierte que “el impacto de no hacer nada por esta industria sería gravísimo, en términos económicos, sociales y medioambientales”.
Anfac, Faconauto, Ganvam y Sernauto (industria auxiliar) han remitido un comunicado en el que urgen al Gobierno a “tomar medidas ya para contener la crisis”. El malestar ha aflorado justo un día después de que tres fabricantes iniciaran la producción tras seis semanas con las factorías cerradas y sin que los concesionarios hayan abierto desde el inicio del estado de alarma. No se detecta recuperación económica y se echa en falta “la toma de decisiones pese a que se lo hemos puesto muy fácil desde la industria”, afirma Gerardo Pérez, presidente de Faconauto.
Fuente: EL PAÍS
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