La cumbre europea del pasado jueves 26 terminó sin acuerdo entre los principales líderes europeos y con un enfrentamiento entre los países del norte y los del sur. El encuentro, que pretendía encontrar un marco común de respuesta a la crisis del coronavirus, acabó embarrado por argumentos más pasionales que técnicos, y delegando un posible pacto en el Consejo que reunirá este próximo martes a los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro. Esta vez, tras varios días intentando acercar posturas, se vislumbra algo de luz en el horizonte, con margen para una posible activación del MEDE, el fondo de rescate europeo. No ocurre lo mismo, sin embargo, con la emisión conjunta de deuda a través de los bautizados como coronabonos.
Hacer uso del MEDE, con una capacidad de fuego de unos 410.000 millones de euros, es una de las peticiones de países como España, Italia, Francia o Portugal, siempre y cuando sea con una condicionalidad e intereses nulos o simbólicos. También piden la emisión de estos eurobonos especiales y la creación de un seguro comunitario contra el paro. Por el momento, la primera de las opciones es la que está sobre la mesa, según adelantó esta semana el diario El País, aunque con una potencia de fuego mucho menor que la esperada inicialmente por el sur.
El plan es activar el fondo de rescate con una movilización conjunta de hasta 80.000 millones de euros, con una dotación por país vinculada o bien a los efectos individuales de la crisis o bien a la participación que haya tenido cada Estado a la hora de engordar el MEDE desde su creación en 2012. En este último caso, a España le corresponderían algo menos de 9.500 millones de euros.
Fuente: CINCO DÍAS
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