El plan español de recuperación es uno de los que están más avanzados, pero quedan varios temas clave pendientes y la Comisión Europea pide más detalles sobre el destino de las inversiones.

Desde que en octubre empezaron los contactos informales entre la Comisión Europea y el Ministerio de Economía, se han pulido muchos aspectos, pero sigue habiendo diferencias básicamente sobre el mercado laboral y en la sostenibilidad de las pensiones. Son dos aspectos que Bruselas ha ido incluyendo repetidamente en las recomendaciones específicas por país (CSR), que son una de las referencias que se van a tener en cuenta a la hora de evaluar estos planes.

La Comisión Europa espera que le demuestren que el sistema de pensiones es sostenible. No le gustó que se reincorporara la actualización de las pensiones en función del coste de la vida, pero no entrará a cuestionar si debe aplicarse un instrumento u otro; lo que valorará, más que los métodos, es el resultado previsible final, las garantías de que el sistema se mantendrá en pie a largo plazo.

El ejecutivo comunitario también requiere medidas para reducir la temporalidad del mercado laboral español, lastrado de forma crónica, incluso en época de crecimiento económico, por unas tasas de paro elevadas, especialmente entre los jóvenes.

Son dos temas que previsiblemente, cuando se presente formalmente el plan, seguirán aún abiertos. El Gobierno español está en plena negociación con los agentes sociales sobre las potenciales soluciones, lo que dificulta que pueda presentar un planteamiento cerrado a la Comisión Europea.

Fuente: LA VANGUARDIA

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