Las pernoctaciones en hoteles de Cantabria han caído un 75,4 por ciento el pasado mes enero, casi diez puntos menos que en España (-85%), según publica hoy el Instituto Cántabro de Estadística (ICANE), con datos remitidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE)
Las pernoctaciones hoteleras en Cantabria sumaron 22.620, la mayoría generadas por turistas residentes en España, en concreto 19.548, que suponen más del 86,4%, mientras que las 3.072 restantes (el 13,6%) correspondieron a extranjeros.
De este modo, las pernoctaciones de los viajeros nacionales cayeron un -73,9% y las de los extranjeros un -81,7%.
En los hoteles cántabros se alojaron en el primer mes del año 14.883 personas, la mayoría, de nuevo, del país, en concreto 13.603, el 91,4%, y el 8,6% restante de otros estados, que sumaron 1.280.
Así, el número de turistas cayó en enero un -70,1% en Cantabria en términos interanuales, con importantes retrocesos tanto de los viajeros nacionales (-67,7%) como extranjeros (-83,3%).
La estancia media fue de 1,5 días, que representa un -17,8% menos que en el mismo mes de 2020. También fueron menos los establecimientos abiertos, 109, (-42,4%) y las plazas ofertadas (-44,4%), un total de 5.383.
El grado de ocupación de las mismas fue menor, un 13,5%, que representa un 16,8% menos, y los fines de semana cayó un -26,3%, hasta una tasa del 15,2%.
Ante esta menor actividad, el personal empleado en enero en el sector disminuyó un -59,9%, hasta los 527 puestos de trabajo.
Finalmente, los precios hoteleros en Cantabria disminuyeron un 21,47% interanual en enero, más que en España (-11,06%). La tarifa media diaria cayó un -19,84% y el ingreso por habitación disponible un -63,87%. En España, los recortes fueron del -24,52% y del -72,77%, respectivamente.
DATOS NACIONALES
En España, las pernoctaciones en establecimientos hoteleros superaron la cifra de 2,3 millones en enero, lo que supone un desplome del 85% respecto al mismo mes de 2020, por encima de la caída que habían sufrido en diciembre (-81,2%).
La crisis sanitaria y las restricciones adoptadas para frenar los contagios sigue notándose en el sector, cuyas pernoctaciones en hoteles acumulan ya once meses de retrocesos interanuales consecutivos.
El hundimiento de las pernoctaciones hoteleras en enero se dejó notar tanto en las realizadas por los extranjeros como en las efectuadas por los españoles, aunque en mucha mayor medida por los primeros, que realizaron un 92,6% menos de pernoctaciones que en enero de 2020, frente al descenso del 71,3% entre los nacionales.
El número de establecimientos abiertos descendió en enero un 39,6% respecto al mismo mes de 2020, hasta situarse en 7.283, cifra que representa un 46,9% sobre el total de establecimientos del directorio.
Según los datos del INE, la estancia media se redujo un 23,4% en tasa interanual, situándose en 2,2 pernoctaciones por viajero, mientras que la facturación media de los hoteles por habitación ocupada disminuyó en enero un 24,5%, hasta los 62 euros.
Los ingresos hoteleros se redujeron un 77% el año pasado
El año 2020 concluyó con una caída acumulada del 77,2% de los ingresos hoteleros, del 85% si se eliminan los meses de enero y de febrero, en los 97 destinos vacacionales y urbanos más relevantes del territorio español, según recoge el último Barómetro de Rentabilidad de Exceltur, con información del INE.
Según Exceltur, esto se deriva de un nivel de ingresos por habitación disponible en media de todas las categorías hoteleras de 31 euros, la mitad que en 2019, obtenido tan sólo en el 45,3% de los hoteles que han podido abrir en 2020.
El rendimiento hotelero sirve también para crear un mapa de la realidad turística española durante 2020. El cierre de establecimientos por las distintas restricciones impuestas por las comunidades autónomas o Gobierno central, así como de otros países, han situado en niveles mínimos la demanda turística.
De hecho, a lo largo de 2020 el 54,7% de la planta hotelera de los destinos contemplados en el barómetro de Exceltur no ha podido abrir, algo que se agudiza en los destinos vacacionales de Sol y Playa del litoral mediterráneo y Baleares, donde el 60% de establecimientos turísticos de todo tipo no han abierto.
En el caso de los destinos urbanos, las ciudades de mayor tamaño y con mayor peso de la demanda internacional y de negocios se ha visto fuertemente afectadas por los límites a la movilidad Inter fronteriza, los cierres perimetrales dentro de España y la expansión del teletrabajo que ha limitado reuniones y viajes.
Como resultado, la facturación en sus hoteles se hundió un 77% en 2020 respecto a 2019, elevándose al 86,8% si se elimina el efecto del buen inicio de enero y febrero de 2020.
En las ciudades se ha mantenido una mayor parte de planta abierta (un 50% en media de las plazas disponibles en 2019) respecto al litoral, si bien con ocupaciones muy bajas del 40,8%, cubiertas en gran parte por demanda local, y profundas caídas en precios hasta hundir los ingresos promedio hasta los 31 euros de media.
Por su parte, con una caída en ingresos del 77,2%, los destinos vacacionales de la costa han presentado una realidad muy marcada por el dispar desempeño del verano (su temporada punta), en función del posicionamiento de mercado de cada destino.
La temporada estival ha estado condicionada por la ausencia de demanda en todos los destinos más dependientes de la demanda extranjera que ha imposibilitado abrir al 60% de esa oferta alojativa, muy concentrada en Baleares, Canarias, el litoral catalán, la Costa del Sol y la Costa Blanca.
Por el contrario, los destinos de mayor demanda española, como la costa de Cádiz y Huelva, el Levante y el norte de España, han conseguido cerrar con menos caídas en sus ingresos, por el buen desempeño alcanzado en agosto y septiembre, manteniendo precios respecto a los niveles de 2019 en este corto período de tiempo.
Por ello, Exceltur reitera su reclamación de un urgente plan de rescate basado en ayudas directas a fondo perdido para el conjunto del sector turístico español, que es el que registra caídas superiores al 80% en sus principales subsectores, frente a otros sectores como el comercio o la restauración, también muy afectados, pero «de manera asimétrica» ya que en lugares sin restricciones de cierre, están generando ingresos con la demanda local, registrando caídas bastante menores del 40%.