Cualquier pacto tiene que ser ratificado por el resto de socios
Polonia y Hungría, de un lado, y la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE) que ostenta Alemania, por otro, cerraron este miércoles un principio de acuerdo para levantar el veto al presupuesto comunitario para los próximos siete años y al fondo de recuperación de 750.000 millones de euros. El acercamiento de posturas, que llega tras tres semanas de negociaciones después de que Budapest y Varsovia rechazasen de pleno apoyar el mecanismo por su vinculación con los principios del Estado de derecho, tendrá que ser ratificado, sin embargo, por el resto de Estados miembros para hacerse definitivamente efectivo.
Todo dependerá, no obstante, de los detalles del acuerdo. Fuentes del Gobierno de España apuntaban este miércoles que cabía esperar una suerte de “declaración interpretativa”. En este caso, no se tocaría el texto que se acordó con el Parlamento Europeo y se respetaría el nexo con el Estado de derecho, pero a su vez se darían “ciertas garantías” a Hungría y Polonia de que esa condicionalidad “no se aplicará inmediatamente”. Si es un texto que va en esa línea “a nosotros y a la mayoría de Estados miembros creo que nos parecerá bien”, recalcaron estas fuentes.
El acuerdo, según fuentes comunitarias, tendría efectivamente esos elementos interpretativos sobre el alcance del mecanismo y la condicionalidad, incluso con una lista cerrada de los casos en los que esa vulneración fuese sancionable. Pero también cabría la posibilidad de que esa condicionalidad se aplicase solo después de que el Tribunal de Justicia de la UE se haya pronunciado sobre el texto general. Y se baraja una fecha: el proceso sancionador no debería llegar antes de 2022, después de las elecciones húngaras.
Fuente: CINCO DÍAS
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