España opta a 140.000 millones en fondos comunitarios pero el Plan de Recuperación solo recoge el uso de 70.000 en transferencias y posterga la petición de préstamos
“Estamos todavía en plena pandemia, pero el mundo ha cambiado y debemos acelerar la transformación del país si queremos ganarnos nuestro futuro”, aseveró ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, agregando que “no se trata solo de recuperar el PIB que nos arrebató la pandemia, se trata de crecer de una nueva manera”, una “más fuerte y justa, más competitiva, pero también más sostenible”. A tal fin, en un acto desde La Moncloa con la presencia telemática del resto de su Gabinete, representantes de patronal, sindicatos y embajadores europeos, Sánchez presentó el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, que definió como “la hoja de ruta de esa nueva modernización de nuestro país para los próximos seis años”. Una estrategia con la que el Ejecutivo aspira a captar las ayudas europeas y canalizarlas de inmediato en inversiones. El objetivo de partida, anunció, es movilizar 72.000 millones de euros entre 2021 y 2023 para elevar el crecimiento potencial del PIB en 2,5 puntos y crear 800.000 puestos de trabajo en esos tres años.
Aunque España aspira a obtener un total de 140.000 millones de euros en fondos europeos en seis años, Sánchez solo hizo mención a la mitad que tendrá forma de subvenciones porque el Ejecutivo, revelan fuentes conocedoras, esperará a mediados de 2023, el plazo límite que hay, para decidir qué solicita de los otros 70.000 millones en créditos de la UE. Aunque Bruselas aconseja aprovechar primero las transferencias, agotar el plazo para solicitar los créditos permitirá al Gobierno de coalición formado por PSOE y Unidas Podemos cumplir prácticamente la legislatura sin la mácula de haber solicitado préstamos que la oposición podría presentar como un rescate con condiciones.
Para arrancar el plan, el Ejecutivo anticipará los 27.400 millones que espera recibir ya en 2021 vía deuda para que estén disponibles desde la entrada en vigor del nuevo Presupuesto que aspiran a impulsar de cara al próximo año. Aunque los apoyos necesarios para sacarlos adelante están en el aire, el Gobierno asegura que no tener unos complicaría mucho articular las nuevas ayudas, lo que promete convertirse en un argumento para presionar a los partidos que no apoyen las nuevas cuentas. El objetivo es ejecutar íntegramente inversiones por valor de esos 72.000 millones en tres años (el 70% en dos años) a fin de que el PIB, que caerá un 11,2% este año según sus cálculos, no solo rebote un 7,2% el año que viene sino que crezca un 9,8%.
Fuente: CINCO DÍAS
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